Algoncas | 23:25
Una justa razón o el gran imitador
Buenos Aires.- La siguiente opinión la hago desde mi punto de vista ciudadano, aunque también desde mi posición de varón. Cuando la presidenta Cristina Fernandez en el día de hoy inauguro el Museo del Bicentenario, mostró el porque creo que ella, no debe continuar otro mandato más.
No es porque crea que no es idónea, pues ha demostrado arteramente que si lo es, sino porque como todo ser humano necesita el poder vivir el duelo por haber perdido a un ser querido. Mas allá de todas las cosas que se han dicho o suposiciones que se han tejido, creo que el solo escucharla demuestra que el ser que se fue, hace menos de un año era el amor de su vida -aunque suene cursi-.
Ya todos se han dado cuenta, hasta quienes escribían o pregonaban secretos de alcoba, ciertos o no -no me importa-, y hasta el ex-presidente Eduardo Duhalde en uno de sus últimos discursos lo ha dicho. La primera mandataria extraña a su esposo y necesita tiempo para superar su muerte.
El siguiente párrafo lo transcribí del discurso que la presidenta dio al inaugurar el museo en la Casa Rosada hoy: "pienso como le hubiera gustado verle a él [...] él siempre me tomaba, me decía... que yo tenia veleidades de arquitecta o de historia o de artista pero... la verdad que me gustaría que pudiera ver esto, porque esto es obra suya". En el momento que Cristina Fernández decía estas palabras mezclando dos tiempos verbales, pasado y presente, podía verse y oírse claramente a la mujer y no a la estadista. Creo que es suficiente razón para respetar la justa decisión que aun por presiones no ha dicho publicamente.
No es porque crea que no es idónea, pues ha demostrado arteramente que si lo es, sino porque como todo ser humano necesita el poder vivir el duelo por haber perdido a un ser querido. Mas allá de todas las cosas que se han dicho o suposiciones que se han tejido, creo que el solo escucharla demuestra que el ser que se fue, hace menos de un año era el amor de su vida -aunque suene cursi-.
Ya todos se han dado cuenta, hasta quienes escribían o pregonaban secretos de alcoba, ciertos o no -no me importa-, y hasta el ex-presidente Eduardo Duhalde en uno de sus últimos discursos lo ha dicho. La primera mandataria extraña a su esposo y necesita tiempo para superar su muerte.
El siguiente párrafo lo transcribí del discurso que la presidenta dio al inaugurar el museo en la Casa Rosada hoy: "pienso como le hubiera gustado verle a él [...] él siempre me tomaba, me decía... que yo tenia veleidades de arquitecta o de historia o de artista pero... la verdad que me gustaría que pudiera ver esto, porque esto es obra suya". En el momento que Cristina Fernández decía estas palabras mezclando dos tiempos verbales, pasado y presente, podía verse y oírse claramente a la mujer y no a la estadista. Creo que es suficiente razón para respetar la justa decisión que aun por presiones no ha dicho publicamente.
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